[:es]El sonido se propaga por medio de las ondas que se generan cada vez que un determinado objeto agita el aire que lo rodea, lo que ocasiona pequeños cambios en la presión del mismo. Es por esa razón que, para describir las ondas sonoras, los expertos usan conceptos como frecuencia de sonido.
La ciencia detrás del sonido
Es importante tener claro que la frecuencia de las ondas es la responsable del tono del sonido y que se suele medir en hercios (Hz), una unidad que hace referencia a una onda por segundo. El oído del ser humano es capaz de captar y percibir un extenso rango de frecuencias, las cuales van desde los 20 a los 20.000 Hz.
¿Qué relación tiene el sonido con los oídos?
Una persona puede oír porque sus oídos son capaces de convertir las vibraciones de las ondas sonoras propagadas por el aire en señales que el cerebro puede analizar e interpretar como sonidos. Cuando las vibraciones de las ondas sonoras entran en nuestros pabellones auriculares, el tímpano y una serie de pequeños huesos del oído medio las amplifican.
Posteriormente, en el oído interno, estas vibraciones amplificadas mueven una serie de pequeñas células vellosas que las transforman en impulsos nerviosos y las envían directamente al cerebro. Es aquí donde los impulsos son interpretados como sonidos.
Es por esa razón que, si expones tus oídos a presiones sonoras muy elevadas, se pueden llegar a dañar las pequeñas células vellosas, lo que ocasiona una pérdida de la capacidad transmisora de los sonidos al cerebro, generando pérdidas de audición generadas por el ruido.
Si bien es cierto que se pueden sufrir dichas pérdidas de sonido como resultado de la exposición repentina a un ruido extremadamente alto, la pérdida también se puede presentar producto a exposiciones menos traumáticas, pero por largos periodos de tiempo.
¿Por qué hay que tener cuidado con la frecuencia de sonido?
Se ha comprobado que la exposición a sonidos muy elevados o con frecuencias altas puede ocasionar diversas consecuencias en la salud auditiva, como el caso de:
– Un traumatismo acústico agudo
Este problema se genera cuando hay una exposición de muy corta duración a ruidos únicos, pero con una muy elevada intensidad. Este tipo de ruidos son llamados de tipo impulsivo (explosiones, disparos, petardos), lo que ocasiona hipoacusia o pérdida de la audición.
– Un traumatismo acústico crónico
La mayoría de las investigaciones que se han realizado sobre pérdidas de audición generadas por ruidos se han centrado específicamente en las exposiciones prolongadas a ruidos en ambientes industriales, como en el trabajo en fábricas.
Aunque todavía no se han llevado a cabo una gran variedad de estudios sobre los efectos de la exposición a grandes ruidos durante actividades recreativas como por ejemplo, escuchar música muy alta o hacer uso de auriculares por largos periodos de tiempo, lo mejor que se puede hacer es escuchar con responsabilidad. Es decir, a un volumen bajo y disminuir el tiempo de uso de auriculares.
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