Por qué la acústica en la infancia es clave

Cuando pensamos en cómo aprenden los niños, en cómo se desarrollan, nos viene a la cabeza lo típico: libros con dibujos, juegos educativos, colores vivos… Pero rara vez pensamos en lo que oyen. Y créeme, el entorno sonoro es muchísimo más importante de lo que solemos imaginar.

Nosotros hemos podido ver, una y otra vez, cómo el ruido que rodea a un niño puede hacer una diferencia brutal: en su forma de hablar, de entender lo que pasa a su alrededor, de concentrarse, incluso de estar más tranquilo o más alterado. Y lo mejor es que muchas veces mejorar eso no es tan complicado como parece.

El sonido afecta cómo los niños aprenden, hablan y se sienten

Durante la infancia, los peques aprenden a hablar escuchando. Van pillando las palabras, los tonos, cómo hablamos los adultos. Pero claro, para eso necesitan poder escuchar bien. Si hay mucho ruido de fondo, ecos, voces cruzadas… su cerebro tiene que hacer el triple de esfuerzo para entender lo que está pasando.

¿Y qué pasa entonces? Pues que se cansan más, les cuesta más seguir una conversación o una explicación, a veces no entienden bien lo que se les dice y eso les genera frustración o desconexión. No es raro que acaben con problemas de atención, o con más dificultades a la hora de hablar o expresarse.

No es solo el aula: hay muchos espacios que influyen

Pensamos rápido en las escuelas, claro. Pero no son el único lugar donde el sonido importa. Los niños pasan mucho tiempo en casa, en salas de espera, en ludotecas, en espacios compartidos. Y en todos esos sitios el ruido puede hacer de las suyas.

Un salón con mucho eco, un dormitorio al lado de una calle transitada, una sala de juegos llena de juguetes sonoros… Todo suma. Incluso cuando no somos conscientes, el ruido puede estar afectando su forma de percibir, de relacionarse, de descansar.

Y no hablamos solo del aprendizaje

Esto es importante: no es solo que les cueste más concentrarse o aprender. El ruido también puede afectar su bienestar. Los puede poner más nerviosos, más irritables. Puede hacer que estén más cansados al final del día, que duerman peor, que se sientan más inseguros.

No es raro ver a un niño desbordado en un sitio ruidoso. Y tampoco es casual que, cuando el entorno está más calmado, más amortiguado acústicamente, estén más tranquilos, más centrados. Cambia el ambiente, cambia su forma de estar.

¿Y qué se puede hacer? Mucho más de lo que crees

Lo bueno de todo esto es que mejorar la acústica no siempre requiere una obra enorme. A veces, con pequeños ajustes, se nota muchísimo la diferencia. Aquí van algunas ideas que aplico constantemente:

🪵 Materiales que “apagan” el ruido

Cortinas gruesas, alfombras, cojines, muebles de madera… Todo lo que absorba un poco el sonido ayuda a que el espacio no rebote tanto el ruido.

🧸 Diseñar con el oído en mente

Evitar techos altos sin tratar, o muchas superficies duras tipo metal o plástico. Crear rincones tranquilos donde el niño pueda jugar o leer sin tanto jaleo alrededor.

📢 Apagar lo innecesario

A veces tenemos de fondo la tele, la música, electrodomésticos… Todo suma. Si no hace falta, se puede apagar. Y si hay opciones más silenciosas, mejor aún.

Algunos niños lo necesitan más que otros

Esto hay que decirlo: no todos los niños tienen la misma tolerancia al ruido. Algunos, como los que tienen autismo, TDAH o hipersensibilidad auditiva, lo pasan especialmente mal en entornos muy ruidosos. Para ellos, una sala llena de ecos o de estímulos sonoros puede ser agobiante, incluso dolorosa.

Por eso, si conseguimos crear espacios más amables acústicamente, les estamos dando una oportunidad real de sentirse más seguros, de participar mejor, de disfrutar.

No es lujo, es necesidad

Muchas veces se piensa que esto de la acústica es un extra, algo estético o técnico. Y nada más lejos. Un entorno sonoro cuidado es una necesidad básica para que los niños crezcan bien, se comuniquen mejor, aprendan sin tanto esfuerzo… y estén más tranquilos.

Y lo mejor: no hace falta gastarse una fortuna. Con pequeñas acciones, podemos transformar su día a día.


¿Te animas a empezar a escuchar el espacio con otros oídos? Porque créenos, cuando mejoras el sonido, todo cambia.

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